Entonces habrá que buscar una explicación en esas maravillosas melodías para las que Noel Gallagher parece tener un don, y que marcaron a fuego a una generación que creció en los 90 y hoy bordea los treinta años. El final con “I Am the Walrus”, la cúspide psicodélica de The Beatles, deja en claro las aspiraciones estéticas de Oasis. Quizás ésa sea la razón por la cual el canto de 40 mil gargantas se pareció el domingo más a un rezo devoto que a un rugido de cancha
"There is nothing, conceptually better, than rock and roll"
Todos conocemos esa frase, y fue la que falto ver a las espaldas de Liam... Pero en fin, Fue unico igual...
el mejor domingo de mi reputa vida! inolvidable, nunca me lo voy a olvidar!
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