Es martes y de regreso del trabajo, pongo música, alimento para el alma. No tienes que pensar, solo oír y disfrutar del maravilloso ritmo. Me pone de buen humor, me hace mover el esqueleto y las membranas de mi cerebro siempre activo y hambriento de comunicación, quiero oír esas melodías y con el fondo de la inspiración de talentosos artistas, sus melodiosas notas interpretadas por un guitarrista dotado, me gusta bailar mientras limpio la casa, me gusta cantar y tararear las canciones mientras me doy una ducha bien caliente y relajante. Hoy he tenido un día largo y productivo, eso me llena, me hace sentirme bien. He servido, he ayudo, he resuelto, he sonreído, he oído, he resuelto problemas, he dado amor.
Hoy no pongo música triste, porque si lo hago me pongo a llorar, estoy muy sensible, si pongo este tipo de canciones me lleno de recuerdos y de nostalgia, así que lo que hago es ponerme ha hacer poesías, o tratar de hacerlas, porque como siempre digo, soy una escritor en progreso y me falta mucho, tengo tanto que aprender, tanto que leer. Me repito, para mi escribir es mas como una catarsis… un exorcismo, he encontrado un refugio calido y amigable en este rincón de mi dormitorio, cuando mi laptop esta quieta entonces soy yo el inquieto,
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario