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Debe de haber alguna forma de salir de aqui dijo el bromista al ladron. Hay demasiada confucion, no encuentro consuelo. Los hombres de negocios se beben mi vino, los ladrones cavan mi tierra. Ninguno de ellos en su estilo, es conciente de lo que eso vale, no hay razon para ponerse nervioso dijo amablemente el ladron. Hay mucha gente entre nosotros que piensa que la vida no es sino una broma. Pero tu y yo ya hemos pasado por eso, y este no es nuestro destino; asi que hablemos falsamente, se esta haciendo tade.
A lo largo de la torre de vigia, los principes vigilaban el panorama. Mientras todas las mujeres tajinaban.
Los sirvientes descalzos tambien; afuera a lo lejos un gato montes gruñia, dos jinetes se aproximaron y el viento empezo a ulular.

sábado, 26 de septiembre de 2009

sin titulo -aun-


No es un viernes normal, estoy seguro. Ayer, hasta antes de las 12 de la noche, fue un viernes común; no tengo idea si mañana habrá otro San domingo de locuras jaja, de ser así sería ordinario, lo que me preocupa es que no lo sea.

Odio los días anormales; hoy me levante con efectos de resaca, y ni alcohol del 96 toque ayer. Eran las 12:30 p.m. en el reloj y estaba aun enfrente de la tv, aburrido, con dolor de cabeza, confundido. Un viernes normal hubiera sido levantarme, no hacer nada, comer, salir, fumar, pensar ,escribir , esta con mis amigos y sin que me importe el tiempo y tantas otras cosas. Pero hoy fue un viernes nefasto, uno que no queres ni acodarte. Tenia dos tapones en las sienes, sentía como latía mi cerebro y un dolor desesperante venia por momentos en el hemisferio izquierdo. Una vez llegue a la conclusión que las emociones fuertes no son para mí, de haberlo entendido, hace mucho las mujeres ya no serían tema de mis conversaciones jaja.

Anoche no quise perder la cabeza, y menos el autodominio que es lo que tengo a gran volumen, pero ya la espera se ha hecho insoportable, las ganas de un beso, el deseo de las caricias, de tener un susurro con sabor a "te amo"... todo eso me llena de melancolía, porque parece que no lo tendré jamás. Mi melancolía no tiene principio, porque no tengo idea de como empezó. No sé si fue de día o de noche, en la cama o en la calle; sin embargo, cuando logro cortarla de mi pecho crece en mi cabeza, y cuando la quito de mi cabeza ha florecido de nuevo en mis entrañas. La pantalla dice "1:14 a.m.", en menos de siete horas tengo que levantarme e ir al ensayo cn los chicos , pero la cabeza no me deja en paz, mucho menos el corazón. ¿Qué me hace estar en pie tecleando palabras vacías a las que sólo yo les doy significado? Una voz, cuyo rostro no conozco; palabras escritas por manos desconocidas; emociones de un cuerpo lejano. Y todo es parte de una antítesis de la realidad, una reacción a letras sometidas a ojos desnudos enfrentados a la tecnología.

Con todo, no maldigo el día en que te conocí, ni el último que no hable contigo. Maldigo el día que deje que la inocencia se escapara por mis poros, cuando permití que la "madurez" circulara por mis venas. este viernes que pase en gran estupidez, como si no hubiera nada en mi cabeza, como colapsado, tal enfermo mental desarraigado de la realidad jaja, pura iperbole, pero que si tiene idea que hay mundo exterior. Quisiera borrar este viernes de encrucijada que tuve, día de melancolia es demasiado aro en mi eso, estaba sorprendido; en el día hoy no hubo parte para mí, yo no tome un relax, yo tuve que enfrentarme a fantasmas ocultos en mi mente, pues quise moverte para dejar pasar a alguien más, pero no quise traicionarte. Aun así, de la silla no me despegue, y tu llegada espere con anhelo.

¿Qué paso tres horas antes? Una llamada, no respondes, lo hace otro, cuando hablas, una voz te aguarda... que decepción no poder hablar contigo, ¡me urge! ¿No ves que es una emergencia? ¿Te das cuenta que es nuestra vida la que cuelga de esos contactos efímeros que tenemos? Por desgracia cuando pierdo el control, aunque intente suprimirla, la melancolía llega, porque al perder lo primero francamente hablo de lo que quisiera que fuera, pero te cierras, y al no poder entrar, aquella fe que me sustenta sólo me alivia con melancolía, porque no conoce otra cura, y aunque este cada vez se acostumbra a mí, ya que me niego a conocerlo, cada vez es más profundo su reclamarme de la vida, pues me ataca con preguntas filosas, tal como filosofías paganas inexplicables para los ignorantes.

Y aunque el viernes terminó, la llama de mi vida aun está encendida, pero el lazo de nuestras almas sigue flotando, incierto en su fin. ¿Por qué no dejas que entre en tus entrañas? Y si por casualidad me topara con tu melancolía me la comería, pero si me hallo tus miedos los desmembraría, y si me encuentro tus angustias y pesares los destruiría, aunque si diera con tu pasado lo dejaría pasar, porque no me importa; sin embargo, cualquier otro mal que viera en ti, haría con él lo que Dios con Sodoma y Gomorra: lo quemaría hasta no dejar nada de él. Aun así, me buscaría en tu pecho para tratar de encontrarme, y si estoy presente, entonces te concedería lo más valioso que tengo conmigo... yo mismo.

Semanas, días, horas y espacio... eso es lo que nos separa, quisiera que eso fuera y nada más. Lo anterior lo digo porque no quisiera que los días de mi vida se vieran dirigidos por el animo que reino este viernes, pues lo viví de madrugada hablando de la felicidad que te quiero regalar. Mucho menos quisiera que todos los días se vieran insoportables, ansiosos por la espera o melancólicos por la soledad y la desesperación. Y si soy un dios, un ser perfecto, mi lugar sería con diosas; pero porque soy un hombre, y no busco diosas, he querido regalarte todo lo que me pertenece, toda mi imperfección, todos mis pensamientos y sentimientos, todo esto con el único y exclusivo fin de hacerte feliz
y llevarme conmigo la melancolía que empapa tu vida. Deja que te ame, porque sólo así soy feliz.

1 comentario:

María Alejandra Duarte dijo...

¿Lo escribiste vos? Si es así, está muy bueno, me hizo recordar muchisímas cosas...