De cómo las letras anidan en el tiempo,
nosotros damos constancia a través del viento,
recorremos las orillas del miedo sin temor
y nos rendimos al momento que nos roba el aliento.
Regalamos rosas de mil colores sin tiento,
a los corazones que vierten un sentimiento,
llegando a viajar por las nubes y el cielo,
hasta alcanzar la conciencia y el intelecto.
Días de asueto que reclaman un intento,
nos llegan a través del fiel calendario,
volcando en esos días todo lo que tenemos,
descorchando el corazón y bebiendo su néctar.
Hoy quiero dar todo a cambio de nada,
que te llegue una flor cuando cierres los ojos,
y me regales a cambio tu sonrisa más sincera,
que es el mejor alimento para mi alma.
jueves, 20 de agosto de 2009
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